domingo, 22 de febrero de 2009

Tu cara oculta.

Eres mi Luna. A veces te dejas ver a lo largo de mi vida. Estudio tus movimientos, tus formas.

Otras veces me cabreo. No tengo una nave espacial ni un cohete que me permita tocarte realmente. Ningún medio que me permita ver tu cara oculta.

Puedo exprimir al máximo la imagen que siempre obtengo de ti. Amplia, bella, especial… pero insatisfactoria. Hay un lado de ti que desconozco por completo, y me inquieta tanto… al tiempo que la desconozco es como si hubiera estado ya en ella mil veces.

¿Cómo podría llegar a la conclusión de que te conozco por completo? Eres tan impredecible. No se que podrás decir o hacer mas a adelante, por ahora solo estaré atenta hasta que te dejes ver por completo.

domingo, 15 de febrero de 2009

...


Cayó y cayó, parecía no tener fondo. Sin embargo, ella no estaba asustada. Sabía que fuera lo que fuera lo que le esperara cuando terminara de caer no había modo de evitarlo. Ella no sabía volar. Así que simplemente se dedicó a observar, a mirar lo que había a su alrededor mientras caía.

Vio flores, de una clase que jamás había visto, no estaba lo suficientemente cerca como para olerlas, así que les dijo en voz alta: -Tranquilas flores, esas que emanáis una extraña luz ámbar, volveré para oleros. -.

Mientras continuaba cayendo vio un chico sentado en una rama. Joven, desarreglado por completo... Y en sus ojos, en sus fluorescentes ojos verdes se apreciaba la mirada confusa de un niño pequeño. Ella le dijo al pasar por su lado: -No te preocupes, cuando llegue al final aprenderé a volar. Vendré a por ti, y te enseñaré las flores mas preciosas que jamás hallas podido ver.-.

Tan solo unos segundos después de perder de vista al chico comenzó a ver un lago de aguas cristalinas, se dirigía hacia él. Creía que iba a ser el final de su viaje. Conforme se acercaba veía unos extraños peces violetas; tenían escamas y aletas como cualquier otro pez, pero se ayudaban de patas con agallas al nadar, similares a las de las ranas; de sus bocas salían letras que formaban palabras, pero no le dio tiempo a leerlas. De repente al caer en el lago lo atravesó y siguió cayendo a través, vio desde abajo a los peces en el agua y a medida que se alejaba mirando hacia arriba se preguntaba porque no habría leído lo que los peces decían... -¡Volveré, y leeré vuestras palabras!-.

Seguía mirando hacia arriba cuando notó como su zapato se posaba sobre suelo firme. Cayó suavemente girando la cabeza a los lados para averiguar donde se encontraba, pero no reconocía más que una paisaje marrón, inerte, árido, y seco.

Al girarse vio a un hombre. Dio un par de pasos hacia él, estaba sentado en un bureau escribiendo algo con una pluma, -Perdone, ¿Dónde estoy?- le dijo. Él sin detener su tarea ni girarse le dijo: -En tus últimos momentos de vida.-. Extrañada al oír lo que había dicho le preguntó: -¿Quién es usted?-. –Pequeña, yo soy la Muerte, te he traído aquí mientras dormías para decirte que ya no despertarás. Ha llegado tu momento.-, con los ojos empañados deseosa de romper a llorar respondió: -Pero Muerte, yo no estoy preparada... tengo cosas que hacer y realmente nunca quise morir. -, -No hay discusión.-. –Dejo tantas cosas pendientes, ¿por qué ahora que ya había encontrado algo? Me traes en un maravilloso viaje hasta aquí, mostrándome cosas que soñé con encontrar, por las cuales ya había perdido la esperanza ¿para matarme? - -Nunca estuviste contenta con nada.-. –No me mates.-

...

martes, 10 de febrero de 2009

-Vaya dos.-

Es lo que siempre nos dicen. Que juntos, al mismo tiempo tan alejados. Que belleza tan rara. Que forma tan rara de mostrarse amor.

Se puede demostrar, todo, lo demostraré todo. Cientos de formulas haré para calcular el epicentro de los terremotos que surgen en tu mente y que me transmiten su electricidad; que me devuelven a la vida cuando mi reloj deja de funcionar y me pierdo en el tiempo, dejándome caer, dejándome llevar a tu mar… El mar de tu sangre, para descifrar los compuestos que la forman; contar, saber, la cantidad exacta de glóbulos; conocer cada célula en ti. Averiguar lo que sube y baja tu marea.

Salir volando, contigo, en tu globo… ocular. Ver lo que tú. Saber como lo ves todo desde ahí, calcular tus puntos de vista, tu ángulo exacto de visión… saborear casa dioptría. ¡Y lanzarme! Caer en tu colchón, en tu cómoda lengua. Controlar la formula que me desvele ese sabor; guardarla en mí.

Dar un largo paseo por la sabana de tu piel; conocer cada milímetro cuadrado de esta, sembrar en cada poro mi cariño; hundirme en tus arenas movedizas. Pasar a formar parte de ti.

lunes, 9 de febrero de 2009

Tú...


Desde el primer momento en que te vi sentí algo, no sé si fue ese brillo en tu mirada, tu sonrisa, y esa manera de girarte hacia mí… Tantos días, meses que me tuviste a dieta, a base de sonrisas y miradas. Tantas sensaciones me transmitías sin decir ni una palabra.

En unos momentos te idealicé, en otros te tiré por los suelos. Mi cabeza manejó mil y una formas de verte, de observarte, de traducirte

Me sentí como una ilusa, pero fui ilusamente feliz en esos minutos de éxtasis en los que mi cabeza de evadía del mundo y podía abrirse paso en otra realidad.

Fue genial, tu mirada me enseñó que no necesito nada más. En silencio he vivido momentos geniales; he tenido mis mejores conversaciones sin decir palabra…

Y por fin llegó el momento… después de meses de silencio. Tu voz, ha sido el sonido que mas ansié escuchar. Ha sido una melodía, música para mis oídos. Una completa sinfonía en una milésima de segundo… Algo tan bello que me tuvo sonriendo como a una boba todo el día.

Quizás haya sido el último día que te veo. Pero, de ser así, tendré ese momento encerrado con llave en mi cabeza. No lo dejaré marchar, será mi recuerdo de ti. Y de vez en cuando lo sacaré a fuera a pasear para airear tu memoria… .

domingo, 8 de febrero de 2009

NORMALmente me pregunto...


¿Dónde está el ideal? El modelo a seguir. ¿Por qué tenemos que ser así? ¿Quién decidió que beberíamos hacer caso al “toda la gente normal lo hace”? Normal… esa palabra lleva torturando toda una vida, -Lo normal sería que…-, -Normalmente no se hace así…-, -¡Eres un/a anormal!-; A ver, ¿Quién dijo que anormal sea un insulto? ¿Por qué las personas toman mal que les llamen así? Deberían sentirse mejor una vez que oyen esa frase… eso implica que ya no son del rebaño, que de algún modo hay algo que les hace diferentes, especiales… Ser raro, ¿Qué tiene de malo? La gente se pone a la defensiva cuando les dicen que son raros, no lo entiendo. Por qué asustará tanto la idea de tener una forma de pensar/actuar/vestir/… distinta?