viernes, 6 de marzo de 2009

JÁ.

-Me reprochan continuamente que he cambiado. No sé a que se refieren. Siempre he sido mas o menos igual, o eso creía, pero me he fijado y creo que algo falla. No atino a encontrar el que.-

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Hay un momento en su vida en el que se da cuenta de que ha cambiado. De que, de repente, ya no es la misma persona. Mira a su alrededor y la gente ya no le considera igual, muchas veces ni siquiera son las mismas personas que había antes.

Llega a la conclusión de que es el momento de plantearse a si mismo una pregunta: ¿Ha cambiado para bien o para mal?

Puede que si se ve desde fuera la pregunta parezca de fácil respuesta, pero no es así.



Para empezar, ¿Cómo se evalúa a una persona? ¿Cuándo es buena y cuando mala?

Estas preguntas nunca pueden ser respondidas con total seguridad, pero no se pueden tomar a la ligera.

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Empecemos por lo básico, lo aparente, lo más simple... El físico. No deja de ser algo subjetivo el que una persona sea mejor o peor físicamente, pero es solo su opinión la que cuenta para esto.

-He madurado, claro está. Mi pelo es diferente al que tenia hace tan solo un año... Alborotado al tiempo que repeinado, mis rizos, mis cosas, no sé, me gusta. Me he dejado un poco... todo hay que decirlo, no dejo de estar bastante delgado, pero esa tripilla, los hábitos ya no son los mismos; supongo que será que antes me pasa el día corriendo por ahí, y ahora corro para pillarme una cerveza en la nevera... No es para tanto, simplemente es diferente. Tengo un poco cara de indigente, pero es que eso de arreglarse demasiado no va conmigo, y las cuchillas de afeitar prefiero verlas lo menos posible, que grima. Bah, yo ME MOLO. Tengo mis pelillos aquí y allá, mi cuerpo no es imperfecto... simplemente está personalizado.-

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Cuando una persona se ve físicamente bien a si misma tiene más de la mitad del menú vendido. Vernos bien físicamente nos aporta seguridad y confianza que nos permiten desarrollar un comportamiento, un estilo y una personalidad.

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La mente... Oh, esplendoroso campo de libertad, cuan amplia puede ser tu cosecha. Lastima que últimamente halla sequía por muchas cabezas, por suerte aun quedan algunas mentes brillantes.

-Tss. Nunca saqué las mejores notas. Pero siempre me gustó aprender cosas nuevas. Yo tengo personalidad. Soy una persona con cualidades, me gusta hacer cosas, usar mi mente. Solo que a veces la uso en silencio. Me explico, es de esto que estas pensando y en la cabeza mantienes una opción tras otra combinando cientos de posibilidades. Pero luego no llevo a cabo ninguna. Tengo una gran mente, con variedad de artículos y puertas abiertas a nuevos sujetos pero a ningún visitante, es tan íntima como desordenada. Mi cabeza es lo más.-

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Que exitazo, mente y cuerpo. Pero ¿es eso suficiente?

Hay cualidades que tenemos y que, aunque halla quien no lo crea, apreciamos como tal por individual. Por eso cuando sentimos que algo falla en nosotros y nos analizamos no encontramos nada que pueda ser (en estos casos). Pero si combinas tus distintas cualidades como especias puedes encontrarte con que alguna de las mezclas te de acidez.

Las etapas de la vida hacen que vayamos modificando el modo en que combinamos nuestras cualidades mediante la experiencia.

La persona en si no cambia, cambia el modo de aplicarse ante el mundo.

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-No he cambiado, solo he evolucionado.

HE PASADO DE NIVEL en mi vida.-

¡Eso es!

-¡Que se jodan los quejicas! ¡Estoy a otro nivel!-

Hombre, tampoco es eso...



Ni lo he releido, disculpas si son todo sandeces...

2 comentarios:

  1. -Entra en mi nuevo blog y Follow the birkeen line!

    Lo que tú escribes NUNCA son sandeces y es genial (:

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  2. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, creo que a mí me ha pasado eso. :) Así que no son sandeces. A veces creo que es mejor escribir sin pensar y no rectificar, o hacerlo pero mínimamente.
    He leído entradas antiguas tuyas y son geniales. ¡Te sigo! :D

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