domingo, 9 de enero de 2011










Estoy tan alto que ni me lo creo, espero no caer de golpe cuando me lo crea.

sábado, 8 de enero de 2011

Golpea bien.

No es como tener sueño cuando estás en casa, es un sueño divertido. Adormecido, pero sonriendo. "Cogelo todo con fuerza y despierta tus piernas, es hora de salir corriendo antes de que nadie lo estropee" te dice.
Otra dosis no se nota con tanta diversión. Hasta el riesgo te coloca. Y, una vez que empiezas, no puedes parar de correr.
Siente como tu mente se rompe con la velocidad, y por el camino pierdes trozos de recuerdos.
Paras y os besais, pero ella te dice "No pares aún."
Taquicardia, sueño, mareos y mucha, mucha, felicidad. Sonriendo caes y sientes como te hundes, mucho mas hondo que el suelo, mas hondo que todo, como si salieras de la tierra. PERO QUE FELIZ QUE ERES.
Te repones y sigues corriendo, hasta el agua, te encanta... Le contabas que de pequeño te daba miedo el agua y también le cuentas como lo perdiste -es un secreto tan bonito que no se puede ni escribir-.
Y allí, flotando con ella, dejas de tener sueño.



Todas las mañanas se me viene a la cabeza.

The sky's the limit.

VIDA que palabra, se me llena la boca cuando la digo.

Me gusta pensar que el cielo es el límite, hasta que no llegue a él nada puede pararme, no hay mas fronteras. Cuando pienso esto nada me preocupa; la familia, los amigos, el amor, el dinero... nada tiene importancia, porque aún no he llegado al cielo y todo es posible mientras tanto.
No pienso en el cielo como un más allá ni como algo esotérico. Simplemente es mirar hacia arriba, lo mas lejos que me permite la vista y pensar "Cuando esté tan alto ya no me quedará nada más que hacer."

Sin embargo hay veces que no me acuerdo de todo eso. Es cuando pienso en toda la gente que he dejado atrás, en la que aún me sigue pero intento olvidar, en ellos, en los rumores, en las mentiras, en los momentos de "mierda"...
Es cuando me acuerdo de todas las cosas que quise haber dicho o hecho. Cuando pienso en la gente a la que quisé abrazar y no abracé, y en la que quisé matar y no maté.
Anoche fué uno de esos momentos. No podía dormir, y me acordé de tí. Se que a tí te pasa lo mismo, y te quería conmigo. Quería hablar contigo y apoyar mi cabeza en tu hombro. Pero no estabas. Entonces me puse a llorar y a pensar en mi padre, en donde estaría en ese momento y en porque no recibí noticias suyas el día de mi cumpleaños. Pero se me pasó.

Ahora se de nuevo que EL CIELO ES EL LÍMITE y que todas esas cosas no son nada comparado con lo que tengo ahora, y más importante... comparado con lo que tendré.